(349 palabras) Roman I.S. Turgenev sumerge al lector en cierta época de la historia del Imperio ruso en la segunda mitad del siglo XIX. En él, además de los tipos históricos y las tendencias sociales de esos años, se reflejaron cosas como la reflexión sobre el significado de la vida, la búsqueda de la verdad y el lugar del hombre en el orden mundial universal. En este sentido, el tiempo juega un papel muy importante en el trabajo, lo que crea los problemas de la humanidad y los resuelve.
En primer lugar, vemos el tiempo como un obstáculo insalvable, un muro invencible que dividió para siempre a las generaciones, infligiendo un golpe monstruoso a toda la sociedad rusa. Por un lado están el liberal Pavel Petrovich, atrapado en el pasado, y su hermano Nikolai Kirsanov, que está tratando de mantenerse al día con las tendencias modernas. Por otro lado, hay un plebeyo, un demócrata y un nihilista, Evgeny Vasilyevich Bazarov, incapaz de encontrar su lugar en la sociedad, y su ingenuo seguidor Arkady Kirsanov, que se deja llevar fácilmente por cualquier idea nueva. Estos dos campos opuestos de "padres" e "hijos" no pueden encontrar un lenguaje común, sino que dependen de sistemas de valores diferentes y completamente incompatibles. Desde el principio, Bazarov entró en un duro conflicto con el mundo exterior, arrastrando a Arcadius junto con él. El enfrentamiento con los hermanos Kirsanov termina primero con una escaramuza verbal entre Eugene y Paul, y luego con un duelo entre ellos. Turgenev nos muestra el profundo abismo creado por el tiempo, entre dos generaciones adyacentes. Según el escritor, una sociedad afectada por tal enfermedad está condenada. Sin la conexión entre generaciones, se destruirá a sí misma. Pero es hora de que actúe como un medicamento que puede curar cualquier dolencia. A lo largo de la novela, vemos cómo el acalorado debate político y las contradicciones filosóficas irreconciliables dan paso a la vida real y a las sinceras emociones humanas. El cínico sin alma Bazarov se enamora de Anna Odintsova, después de haber experimentado un renacimiento espiritual. Al abandonar parcialmente sus puntos de vista nihilistas, se reconcilió sinceramente con Pavel Kirsanov, quien, al descartar su arrogancia habitual, reconoció a Eugene como una persona digna. Nikolai Kirsanov vivió una vida feliz con su amado Fenichka. Arkady también encontró su felicidad con Katerina y mejoró las relaciones con su padre. La vida cambia a los héroes, empujando todas las contradicciones humanas a un segundo plano.
En Turgenev, el tiempo aparece como una corriente continua. Nadie puede detenerlo, de acuerdo con sus leyes inexploradas, destruye mundos enteros y separa a las personas, y nos une a todos, recordándonos que solo somos personas.