(330 palabras) Historias del gran escritor ruso I.S. Turgenev ocupa un lugar importante en la cultura rusa. Una de las creaciones más famosas del autor, la historia "Mu-mu", en su totalidad representa al lector la imagen del Imperio ruso y la servidumbre del siglo XIX. En él, Turgenev creó una de las imágenes más trágicas de la literatura rusa: el hombre sordo y siervo Gerasim, cuyo destino muestra claramente el horror de la servidumbre.
Su historia comienza en una aldea remota donde Gerasim vivió la mayor parte de su vida. Trabajó correctamente en el campo, dirigió con éxito la granja, como debería hacerlo un arado honesto. Pero el destino lo llevó a la amante viuda, quien lo llevó a Moscú, convirtiéndolo en su conserje. Debido a un capricho fugaz, fue colocado a la fuerza en un entorno urbano hostil. Gerasim no se arraigó bien en Moscú, el trabajo era demasiado simple y no lo satisfizo, y el noble que rodeaba a la dama le temía por su aspecto hosco y formidable. Sin embargo, Turgenev demostró que bajo la apariencia de un campesino cercano ocultaba una naturaleza gentil y amable. Habiéndose enamorado de la chica Tatyana, Gerasim la rodeó con cuidado, constantemente dándole regalos e incluso barriendo la tierra de su camino. Desafortunadamente, las buenas intenciones de este gigante sordomudo solo provocaron risas entre los que estaban a su alrededor, y Tatyana misma sintió miedo por el repentino benefactor. Solo unos años más tarde finalmente entendió el sentimiento sincero de Gerasim, pero ya era demasiado tarde. Al final, el conserje encontró la única criatura viviente con la que se sintió feliz. El perrito sin hogar Mu-Mu se convirtió en una salida para el campesino del pueblo. Pero de nuevo, fue la dama quien destruyó la vida aparentemente establecida del héroe. Por su capricho, el perro fue retirado del patio, y luego, cuando Mu-Mu regresó a su amo sola, ordenó que se ahogara. Con un corazón pesado, Gerasim cumplió su voluntad, pero fue este golpe el que se convirtió en el colmo. Habiendo perdido el último hilo que lo conectó con Moscú, se liberó del miedo a la dueña del poder y regresó voluntariamente a su pueblo natal.
Bajo la apariencia de un Gerasim sordomudo, todo el pueblo ruso apareció ante nosotros, como lo vio Turgenev. A primera vista, parece obstruido, miserable y grosero, incapaz de responder a sus delincuentes. Pero debajo de la capa exterior se encuentra un rico mundo interior y un espíritu sólido y de principios que nadie puede romper.